Cortometrajes

Con apoyo del Programa Justicia Inclusiva de USAID, la Fundación Tengo Ganas participó en un proceso de formación audiovisual y de construcción de relato para la creación de cortometrajes de ficción. Es así como, luego de realizar este proceso de fortalecimiento de capacidades en temas de cine y recibir formación en guion, se hizo la producción de dos cortometrajes de ficción sobre Justicia Especial Indígena y Mediación Intercultural.

Una experiencia significativa para el equipo de la Fundación y para los jóvenes que hacen parte del semillero de comunicaciones, quienes destacaron logros significativos de este proceso como:

1.

Vinculación productiva de jóvenes realizadores y productores locales.

2.

Fortalecimiento de habilidades técnicas y creativas.

3.

Generación de empleos indirectos y activación de la economía local.

4.

Fortalecimiento de lazos con líderes y organizaciones sociales y étnicas.

5.

visibilización de realidades locales y comunicación para el cambio de estereotipos hacia las comunidades étnicas de la región.

¡Experimenta el Making off de los cortometrajes!

El guardián del río

Sinopsis:

Salvador, un niño afrocolombiano, quien está aprendiendo a leer, no entiende del todo un letrero que prohíbe pescar en una zona sagrada indígena, y de esa forma se desencadena un conflicto intercultural que después lo llevará a convertirse en el guardián del río y a buscar la reconciliación entre comunidades.

El legado de la chonta

Sinopsis:

María es una valiente niña indígena, quien busca su lugar como lideresa en su comunidad. Inspirada por la sabiduría de la gobernadora y el apoyo de su abuela, María se empodera y rompe barreras mientras demuestra que el liderazgo no tiene género, transformando la percepción de su comunidad y guiando a sus compañeros hacia un nuevo futuro de igualdad, respeto y justicia.

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¡En construcción!

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Las fotos pasan a actuar como mensajes que nos enviamos unos a otros. Antes la fotografía era una escritura, ahora es un lenguaje. Nos comunicamos con fotos con total naturalidad, como si la fotografía rebasase el estadio del texto impreso para conquistar el estadio del lenguaje oral. Ahora las fotografías también funcionan como palabras dichas, como palabras habladas que una vez alcanzan a su receptor ya no hay necesidad de guardar, pues ya han cumplido su misión comunicativa. (Fontcuberta, 2016, p. 119)

[1] Fotografía y comunicación: un espejo, una imagen, un ojo. Análisis. Revista Colombiana de Humanidades, vol. 53, núm. 98, 2021. Universidad Santo Tomás. Tomado de: https://doi.org/10.15332/21459169.6314

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